Diálogo entre el Papa y Jesucristo
En 1978 el recién electo papa Juan Pablo II visitó México, en lo que fue su primer viaje fuera de Italia. Específicamente, visitó la Ciudad de México, Guadalajara, Puebla y Monterrey. Lo recibió con honores de Jefe de Estado, el entonces presidente José López Portillo. José de Molina, cantautor de protesta, realizó una severa crítica a su vsita y a los jerarcas de la Iglesia; y no solo eso, en su genialidad, la hizo a ritmo de salsa.
La Audioteca Toledana, en una super exclusiva trae hasta ustedes, del album “Salsa Roja”, el texto y la canción “Diálogo entre el Papa y Jesucristo”.
No digo mas.
Texto
El Papa en México. El desbordamiento total. Los sentimientos seudo-religiosos a flor de piel. Durante tres días la Ciudad de México quedó en manos de la fanaticada. Posteriormente, sucedería lo mismo en Guadalajara, Monterrey y Puebla. Dato curioso, estas tres ciudades visitadas, representan el cordón umbilical y cadena que nos ahoga y nos ata económicamente al capital extranjero.
— “¡Espontánea! ¡La reacción fue espontánea!” — Gritaban y cacareaban las beatas, los mochos y los voceros de la poderosamente rica Iglesia mexicana, aunando sus aullidos a los de Televisa y la prensa reaccionaria; es decir, el 99% del periodismo nacional.
Todos unidos manipularon a un pueblo ingenuo, huérfano y miserable, para que vieran en la figura de un hombre tan mortal y tan efímero, pero tan poderosamente capitalista como lo es el Papa ni mas ni menos que al representante de Dios en la Tierra.
Y se tendieron todas las trampas, los grupos financieros tan recalcitrantemente reaccionarios, encabezados con el Grupo Alfa de Monterrey, Banamex, Bancomer, Televisa, etc., enajenaron y engañaron a un pueblo tradicionalmente creyente, aún antes de la Colonia: al pueblo mexicano.
Magnífico servicio les ha prestado el Papa a los mercaderes, precisamente a quienes Cristo despreciaba y algunas o varias veces los arrojara a fuetazos del tiempo de Dios.
Y te hicieron creer pueblo mío
que el mismo Dios había bajado a bendecirte.
Y te durmieron mucho mas de lo que estabas,
y te engañaron con falsas alabanzas,
te arrullaron con cantos de sirena,
te ofrecieron un Dios trasnacional televisado.
mientras el financiero tiburón se relamía
y el avaro comerciante mil chácharas papales de vendía.
Y se fue Monseñor,
voló hacía Roma,
a contar lo millones de la gira
mientras un pueblo hambriento
de pan y de fe mira hacia el cielo
y en su enorme soledad,
solo suspira
Diálogo entre el Papa y Jesucristo
Letra y Música: José de Molina
Sucedió en el Vaticano
lo que nunca se había visto,
el Papa vió a Jesucristo
y estuvo hablando con él (2)Cristo le dijo enojado:
— “No comprendo, no comprendo,
la forma en que estás viviendo;
dices que me representas,
y con el lujo que ostentas,
no puedes representarme
sino mas bien denigrarme.” Yo no tuve ni una choza
y tu hasta palacios tienes
¡y con lujo desmedido!
En nombre de Dios te pido
me digas por fin quién eres,
¿por qué usurpas mis deberes?” A ver compara si puedes,
esa ropa extraordinaria
con mi pobre indumentaria,
tan sencilla y proletaria,
¡compara si te conviene!” ¡Mira al frente no te agaches!
Di que semejanza notas
entre tus lujosas botas
y mis humildes huaraches;
entre tus medias de seda
y mis calcetas con parches.” Yo con mi límpido aliento
di comida al pueblo hambriento,
tan solo con cinco panes
y una botella de vino
y una fe para el camino.” Tú, con millón de millones,
no veo que te dispones.
¿Arrojar desde tu silla
al hambriento una tortilla?
¿Y quieres alimentarlo
con sermón y fantasía?” Y si acaparar pudieras
todo el oro de la tierra
y desatar una guerra
escudándote en mi cruz,
estoy seguro ¡lo harías!” Ahora dime honestamente
¿a cuántos pobres arruinas
para llevar en tu frente
esas diademas tan finas?
Y compara esa riqueza
con mi corona de espinas.” Ya sacude tu demencia
y deja esa residencia;
recuerda que es capital
el pecado de avaricia;
estás traicionando a Dios
con tu engaño y tu codicia.” Dile a los miles de empleados
que tienes por todo el mundo
que Cristo no es mercancía
que ya rompan su alcancía,
porque los pobres del mundo
la romperán algún día.”Cuando el Papa despertó
a todo pulmón gritó:
— “¡Lo que nunca se había visto:
vi realmente a Jesucristo!
Y estuve hablando con él (2)” Me dijo cosas preciosas
que no les puedo contar.
Solo les puedo decir
que al cielo me ha de llevar.
Y entre Dios Padre y el Hijo,
en medio me ha de sentar.”Y el doctor que lo atendía,
respondió: — “Su Señoría,
hoy tiene por desventura
cuarenta de calentura.” Hoy tiene por desventura,
cuarenta de calentura
y se va ¡a la sepultura!”